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Yemanjá, o madre de las aguas, es probablemente la divinidad orishá más arraigada históricamente en la sociedad brasileña. Son varias las religiones de matriz africana que perviven y se practican que la veneran y dedican cultos y festejos. Sobre todo, en aquellas regiones dónde los regímenes esclavistas se impusieron más extensamente. Su simbolismo está fuertemente ligado al agua, la femineidad, maternidad, fertilidad y protección. En la región, es casi tan venerada como Nossa senhora da Conceição, la imagen de la Virgen María. El paralelismo entre ambas es evidente, hasta el punto que los cultos a ambas se producen en el mismo día y, en ocasiones, de forma conjunta. Desde un primer momento la población africana ve en la imagen de la Inmaculada Concepción una representación de su Yemanjá. Este sincretismo es una constante en la variedad de representaciones y rituales por todo Brasil, y no solamente en su relación con la imagen de la Virgen. Aquí en Abaetetuba la herencia etnológica indígena es riquísima. La figura mitológica de la Iara, se le asocia también, aunque de forma más contradictoria esta vez, pues se trata de una suerte de sirena, representada de forma mucho más sensualizada. En cualquier caso, este valor sincrético es una muestra paradigmática de la complejidad sociológica que presenta el Brasil postcolonial; y a su vez del reto identitario que la mayoría de pueblos y naciones han sufrido al ser sistemáticamente segregados y marginalizados. La capacidad de adaptación y supervivencia trasciende en estas deidades su valor referencial trayendo a la superficie una relación mucho más emocional, intima. Es muy curioso como se habla tanto de Yemanjá o La Virgen María como si de una madre se tratara.
En Abaetetuba, en el marco de los festejos de Nossa senhora da Conceição se saca la imagen en procesión hasta la playa de Beja. Se coloca a Yemanjá en la arena, se rezan oraciones y los miembros de la congregación danzan al ritmo de tambores. A continuación, la mãe de santo, o como en este caso, pai de santo, se retira a una habitación en la que, solamente acompañado/a por unos pocos miembros de la congregación de confianza, será poseído/a por el orishá. A continuación, se presentará a todos aquellos que estén presentes en el culto para recibir su bendición. Este es uno de los elementos centrales y más característicos de algunas religiones de raíz africana. El pai o mãe de santo actúan como médium incorporando espíritus y divinidades ancestrales. Entran en un tipo de estado de trance en el cual su identidad terrenal pasa a un segundo plano, dejando el control total de su cuerpo al espíritu de Yemanjá. Así los creyentes entran en contacto con la deidad en sí misma durante el periodo de tiempo en que tiene lugar la posesión.  

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